Aquellos mismos chupones permitían hacer un trabajo de madera muerta vistoso. Era la primera vez que me ponía a trabajar madera con la dremel y, claro está, me emocioné experimentando con las distintas fresas. Tanto que quemé la madera. Descubrí que hice bien en no estudiar para dentista.
El árbol se adaptó muy bien en su paso a la maceta. Y, sobre todo, ramificó muy decentemente. Tenía todavía el problema del corte demasiado perpendicular en el tronco. Pero ese fallo lo corregiría el año siguiente. La evolución del membrillero a lo largo de 2013 fue así:
Primavera
Verano
Otoño
En invierno aproveché para alambrar las ramas y mejorar el tajo del tronco con un corte inclinado. Los amigos me aconsejaron recortar drásticamente las ramas para obtener una ramificación secundaria más cercana al tronco, pero quería conservar lo conseguido en 2013 y no hice más que un retoque ligero de las ramas. También me aconsejaron hacer un trabajo de madera muerta en el corte y unir esa madera muerta con la de la base. Al final me pudo mi lado miedica e hice una intervención conservadora.
Este año ha brotado estupendamente con una buena cantidad de ramas secundarias; las hojas son abundantes y no demasiado grandes. Le quedan unos cuantos años en la maceta de entrenamiento antes de pasar a una de bonsái. Por el momento, le estoy dando al membrillero una forma ojival, pero le queda mucho camino por delante y todo puede cambiar en el futuro.
Poco a poco la copa ya va cerrando, en unos años seguro que estará espectacular.
ResponderEliminarUn abrazo
Llevará un tiempo en conseguir una copa compacta y cerrada, pero por el momento estoy contento con la evolución que está teniendo. Gracias por tu comentario, Juan.
EliminarUn abrazo