Aquella piracanta, a pesar de presentar un sustrato infame y compacto envuelto en papel film transparente para mantener la humedad y pese a tener buena parte de sus hojas amarillentas o caídas, poseía un tronco grueso con una graciosa curva. La compré, le di unos buenos riegos con vitamina B durante un mes y la mejora fue tan notoria que ese mismo año me decidí a cambiarle el sustrato. Las primeras fotografías son de entonces.
La piracanta es una especie muy agradecida. Aguanta bien la sequía (ideal para climas como el de Càceres city), las heladas y las podas. Además, por primavera, presenta una floración abundante y muy vistosa que la convierte en una planta bastante recomendable para aficionados novatos como yo.
Ahora, cuando el otoño empieza a hacerse notar en las plantas, la piracanta presenta unas preciosas bayas rojas, amarillas o naranjas, según la variedad. A pesar de que no todos los frutos llegan a cuajar y buena parte de ellos se secan, la piracanta muestra una preciosa imagen en septiembre.
Entrada dedicada a un envidioso león salmantino ;-)
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