lunes, 29 de octubre de 2018

Otoño en la Humboldtstraße

 Ha llegado el otoño a la Humboldtstraße. Los arbolitos han pasado aceptablemente bien los rigores del verano y se preparan para el descanso invernal. Reconozco que tengo demasiados árboles, la gran mayoría sin posibilidades de llegar a nada; pero no puedo deshacerme ni siquiera de los más feos, no tengo agallas para hacerlo. Una terraza con la mitad de ejemplares quedaría mucho más lucida y me daría menos pereza meterme a cuidarla y limpiarla (si no fuera por Merche, criaría espontáneamente champiñones en el suelo). Realmente no saco partido a lo que tengo en ella.




Y eso que les puse este verano unas luces led muy cuquis para hacer en ella un rinconcito chill out.



A pesar de que las plantas reciben menos cariño del que merecen, da gusto salir a dar una vuelta a la Humboldtstraße. Las plantas de frutos rojos están preciosas. El espino albar nunca decepciona.




La piracanta aguanta a pesar de todas las vicisitudes que ha vivido. Este año no ha tenido una floración abundante (no he estado demasiado diligente con los abonos) y además ha perdido buena parte de sus frutos.





El arce dissectum se ha adelantado al resto y muestra un color otoñal precioso. Lástima que este colorido sea tan breve. Este año, a diferencia del anterior, el arce no ha conservado sus sámaras, lo cual habla de lo caótico y deficiente del abonado de este año.


 Este alcornoque creo que aparece por primera vez en el blog, aunque ya hace más de cuatro años que lo tengo. Si consigo mayor densidad en el verde, quedará un árbol precioso. Pero para ello falta mucho. Se quedará todavía un buen tiempo en el tiesto de entrenamiento.


En el lado más negativo está el deterioro del acebuche "Ojo de Saurón". El año pasado sufrió un tremendo ataque de cochinilla en verano que coincidió con mis vacaciones, lo que favoreció su extensión. No sé si esto debilitó mucho el árbol. El caso es que esta primavera el acebuche empezó a secar las ramas finas alambradas. Quité todo el alambre, pero no sirvió de mucho. La caída de hojas y la retirada de savia de las ramas se fue extendiendo cada vez más. A fecha de hoy, el acebuche ha perdido más de la mitad de su follaje respecto al año pasado. El año que viene toca revisar las raíces y comprobar si hay algún problema ahí abajo. Así se encuentra en la actualidad.



Por último, quería mostrar el rincón de cactus y crasas que Merche está montando en la terracita de abajo. Bien lindo le está quedando; y esto es sólo el principio.

2 comentarios:

  1. Por favor Kiko... Antes de publicar manda un sms o algo... Cuando ha llegado el aviso de que habías publicado un nuevo post casi me da un perrenque del susto!!!!

    Abrazos!!

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  2. Ya tengo una edad, pero que no dé señales de vida no significa que esté muerto. A mí también me ha dado algo cuando he visto que habías dejado un comentario. Me alegro mucho de saber de ti.

    Un fuerte abrazo.

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